Inventor: Alfredo Baeza, ingeniero industrial de 43 años.
La patente: Este tipo de tallado quedó registrado en diciembre de 1999 como patente de invención.
Éxito: La combinación perfecta para lograrlo es la suma de paciencia, detallismo e ingenio.
El invento: Se trata de un nuevo procedimiento para tallar vidrio o cristal, que logra una mejor definición de trazos, mucho más finos y profundos. Este procedimiento permite realizar cualquier dibujo lineal. Así nacen copas con ilustraciones de Torres García o vasos con logos de hoteles o bodegas. Lo ingenioso de esta invención es el mecanismo de sujeción, que permite no sólo que la copa no se rompa, sino que el detalle quede exacto, con una perfección inimaginable. Ninguno de los procedimientos conocidos hasta hoy -arenado, ácido, láser, o el viejo método de piedras abrasivas- permite este tipo de trabajo.
El inventor: Alfredo Baeza tiene en su haber varios desarrollos en maquinaria textil y en sistemas mecánicos automáticos. Es un interesado en casi todo, y de ahí la gran variedad de inventos que hay en su casa para utilidades diferentes. Lana, vidrio, deportes, aparatos médicos, hasta un sistema informático que diseñó para AFE hace años y que superó el efecto Y2K. Su mente jamás deja de crear, y se dedica a realizar ingeniosos sistemas de todo tipo y color.
Anécdota: El inventor estaba de recorrida por Europa. La idea era recopilar información sobre la calidad de los trabajos entallado que se hacían en el resto del mundo. Los mas avanzados en este tema son los checoslovacos, así que mientras conversaba con especialistas de un taller de Checoeslovaquia, Baezales preguntó si podían -utilizando las técnicas que ya se empleaban en ese taller- mejorar los bordes en el tallado de trazo fino. La respuesta fue que no. Sin embargo le aclararon que hablan visto algunos trabajos que sí lo lograban. Indicaron que no sabían de qué taller eran, pero que habían visto el trabajo terminado y era excelente. Tras indagar un poco, Baeza descubrió que los trabajos a los que se referían habían sido realizados por él mismo y habían llegado a Europa a través de turistas.
Comercialización: Por intermedio del Museo Joaquín Torres García y de Manos del Uruguay -que son las empresas que comercializan copas y vasos con variedad de dibujos- se ha logrado llegar a varias partes del mundo. Los trazos que se eligen para cada pieza, tienen que ver con Uruguay. Eso se debe a que al ingenio técnico se le sumó el ingenio creativo aportado por el artista Pablo Valls, quien diseña cada colección basándose en temas y artistas uruguayos. Además de estas dos empresas, fueron varios los hoteles, restaurantes y bodegas uruguayos que descubrieron la importancia de contar con su logo tallado en copas y vasos y comenzaron a solicitar este servicio.
FUENTE: http://www.enlacesuruguayos.com
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